La semana pasada celebramos en Pescueza la tradicional fiesta de San Antón. En este día en el que se rinde homenaje a los animales, son muchas las costumbres que se mantienen en nuestro pueblo a pesar del paso de los años.

   Algunas han cambiado un poco, pero la esencia se mantiene y la ilusión no se pierde.

   La víspera de San Antón a primera hora de la tarde comienza a encenderse la hoguera, a la que todo el mundo puede acercarse a ayudar y pedir también algún deseo. Disfrutamos así, en un ambiente relajado y distendido, charlando al calor del fuego, el cual se agradece en los fríos días de enero. Más tarde, cuando ya se ha puesto el sol, los vecinos y vecinas aprovechan la hoguera para asar diferentes alimentos y cenar en comunidad.

   La hoguera continúa encendida durante toda la noche, y al día siguiente, ya el día de San Antón, después de la misa y procesión por la mañana, nos volvemos a reunir alrededor de la hoguera para merendar chocolate con churros. En el centro residencial también se celebró San Antón disfrutando del chocolate con churros que se llevó desde la hoguera, y es que en nuestras tradiciones, no se deja a nadie fuera.